Una pregunta interesante es hasta qué punto estos grupos de interés que describes pueden convivir sin entrar en conflicto y hasta qué punto la economía como gran regulador va a permitir al protomonarca absoluto empujar su agenda. Da qué pensar el hecho de que las “fuerzas democráticas” no puedan o no sepan estar a la altura, quizás porque la tendencia a la autocracia no es exclusiva de la ultraderecha.
Es una buena pregunta, Juanjo. Creo que es difícil que se arreglen durante demasiado tiempo pero, entre tanto, el destrozo puede ser tremendo.
Creo que las 'fuerzas democráticas' siguen estado de shock. Necesitarán tiempo para, entre otras cosas, ofrecer alternativas atractivas a su electorado.
La fragilidad de las democracias, sometidas al plebiscito diario que las pone en cuestión… Qué corta es la memoria y qué daño hace olvidar o no querer conocer la historia…
En cierto modo, esa fragilidad se pone de manifiesto en una situación tan radicalmente nueva que no ha habido tiempo de generar anticuerpos. En cierto modo es lo que ocurre con la inmunidad en las poblaciones. Se necesita tiempo para desarrollarla. El problema, al que ya hice referencia en mi anotación anterior, es que los cambios a los que asistimos se están produciendo a velocidad tal, que no es fácil reaccionar de forma eficaz para conservar el status quo democrático en el que se han desarrollado las sociedades occidentales.
Tu alusión a los cambios de sistemas de gobiernos en las grandes transiciones del pasado es muy relevante en este contexto. De la ciudad estado al imperio (era axial); tras la descomposición feudal de los imperios, el surgimiento de los estados nación (modernidad). ¿Y ahora, que viene?
Muy acertado el símil de la infección. Y el ritmo de evolución también es crítico: sucede igual con el tema de la automatización del trabajo por la IA y la emergencia de nuevas profesiones que hoy no imaginamos: si no se sincronizan razonablemente o no se proporcionan mecanismos que puedan paliar esa asincronía habrá desestabilización social que puede hacer descarrilar todo…
Y sobre lo que viene… no soy ningún experto en geopolítica, pero diría que tienen las de ganar quienes apuesten por un federalismo supraestatal de grandes bloques. Otra cosa es que esté compuesto de los estados nacionales actuales o de regiones más pequeñas que disuelvan a aquellos… supongo que dependerá del centralismo de cada nación y de lo arraigado que esté el sentimiento nacional… pero pequeños países aislados si no se alían, acabarán convirtiéndose en neocolonias económicas al estilo de las que China lleva años cultivando en África…
Si hay algo irritante los es un Argentino escribiendo en un Castellano florido que oculta la substancia del argumento. Le aconsejo al Sr. Gómez que se concentre en la política Argentina y en su nauseante Presidente Milei. Nada sabe sobre la política de los Estados Unidos de Norte América.
Una pregunta interesante es hasta qué punto estos grupos de interés que describes pueden convivir sin entrar en conflicto y hasta qué punto la economía como gran regulador va a permitir al protomonarca absoluto empujar su agenda. Da qué pensar el hecho de que las “fuerzas democráticas” no puedan o no sepan estar a la altura, quizás porque la tendencia a la autocracia no es exclusiva de la ultraderecha.
Es una buena pregunta, Juanjo. Creo que es difícil que se arreglen durante demasiado tiempo pero, entre tanto, el destrozo puede ser tremendo.
Creo que las 'fuerzas democráticas' siguen estado de shock. Necesitarán tiempo para, entre otras cosas, ofrecer alternativas atractivas a su electorado.
https://www.arte.tv/es/videos/121620-063-A/timothy-garton-ash/
La fragilidad de las democracias, sometidas al plebiscito diario que las pone en cuestión… Qué corta es la memoria y qué daño hace olvidar o no querer conocer la historia…
En cierto modo, esa fragilidad se pone de manifiesto en una situación tan radicalmente nueva que no ha habido tiempo de generar anticuerpos. En cierto modo es lo que ocurre con la inmunidad en las poblaciones. Se necesita tiempo para desarrollarla. El problema, al que ya hice referencia en mi anotación anterior, es que los cambios a los que asistimos se están produciendo a velocidad tal, que no es fácil reaccionar de forma eficaz para conservar el status quo democrático en el que se han desarrollado las sociedades occidentales.
Tu alusión a los cambios de sistemas de gobiernos en las grandes transiciones del pasado es muy relevante en este contexto. De la ciudad estado al imperio (era axial); tras la descomposición feudal de los imperios, el surgimiento de los estados nación (modernidad). ¿Y ahora, que viene?
Muy acertado el símil de la infección. Y el ritmo de evolución también es crítico: sucede igual con el tema de la automatización del trabajo por la IA y la emergencia de nuevas profesiones que hoy no imaginamos: si no se sincronizan razonablemente o no se proporcionan mecanismos que puedan paliar esa asincronía habrá desestabilización social que puede hacer descarrilar todo…
Y sobre lo que viene… no soy ningún experto en geopolítica, pero diría que tienen las de ganar quienes apuesten por un federalismo supraestatal de grandes bloques. Otra cosa es que esté compuesto de los estados nacionales actuales o de regiones más pequeñas que disuelvan a aquellos… supongo que dependerá del centralismo de cada nación y de lo arraigado que esté el sentimiento nacional… pero pequeños países aislados si no se alían, acabarán convirtiéndose en neocolonias económicas al estilo de las que China lleva años cultivando en África…
Muy bueno 😃. Lo incluyo en el diario de Substack en español?
Muchas gracias. Como usted guste, caballero. :-)
Si hay algo irritante los es un Argentino escribiendo en un Castellano florido que oculta la substancia del argumento. Le aconsejo al Sr. Gómez que se concentre en la política Argentina y en su nauseante Presidente Milei. Nada sabe sobre la política de los Estados Unidos de Norte América.